Conversión.
La Cuaresma es buen momento para una profunda
conversión. Conversión significa cambiar la dirección de tu vida, quizá
perezosa, quizá facilona. ¡Cuántas veces buscas la felicidad en una vida
cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo que se necesita es amor,
servicio a los demás, corazón que se da. Es una paradoja: para vivir y ser
feliz, hay que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para tener hay que
dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te propongo un cambio en concreto, por si te
sirve: morir a la ley del gusto.
Debes morir a la ley del gusto: Hacer las cosas porque me
gusta, me apetece, me va bien.... Un cristiano hace las cosas por dar gusto a
Jesús: Porque le gustará a Jesús, le dará una alegría, le interesará que yo
haga esto, o lo otro.
Madre mía, que siempre actúe para darle gusto a tu Hijo; que
muera a la ley del gusto mío. Esta es la elección que tengo que hacer vivir
esclavo de mis caprichos, o vivir con la ilusión de hacerme esclavo de Dios.
Prefiero esto último, María, pero ayúdame.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.......
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