Es necesario dar Gloria a Dios.
Los discípulos
"trajeron la borrica y el pollino, y pusieron sobre ellos los mantos, y
encima de ellos montó Jesús. La mayor parte de la gente desplegaban sus mantos
por el camino, mientras que otros, cortando ramas de árboles, los extendían por
la calzada. La multitud que le precedía y la que le seguía gritaba, diciendo:
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del señor! ¡Hosanna
en las alturas!" (Mt 21, 7,9).
¡Cómo alaban a Dios! Alabar a una persona es decirle, ¡qué
bien has hecho esto!; o qué buen amigo eres; o alguna otra afirmación por el
estilo.
Alabar significa que se reconoce algo bueno como bueno; que
se valora, y que se dice a quien lo ha hecho o a quien pertenece. Esto es un
gozo para quien lo escucha y para quien lo dice (si lo dice sinceramente, y no
para sacar algún beneficio).
Alabar a Dios es una obligación para toda criatura. Es bueno
que alabes muchas veces a Dios: que le digas lo bueno que es, que agradezcas lo
bien que ha hecho esto o aquello, la belleza del mundo, etc. Y que cuando reces
el gloria, lo hagas con esta intención.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en un principio, ahora y siempre, y por
los siglos de los siglos. Amén
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