Pureza.
"Por defender su pureza, San Francisco de Asís
se revolcó en la nieve, San Benito se arrojó a un zarzal , San Bernardo se
zambulló en un estanque helado... Tú, ¿Qué has hecho?", escribía el beato
José María.
Así huyeron de las ocasiones, y cortaron las tentaciones los
santos. Tú, como ellos, tienes tentaciones. Madre mía, que como ellos sea
fuerte para no ponerme en ocasión de pecado (no ver la tele solo, por ejemplo)
y para cortar desde el principio las tentaciones. Cuando las tenga, rezará un
bendita sea tu pureza, y, así contigo, seré más fuerte.
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído.
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