Pidamos al Espiritu Santo que nos ilumine y silenciemos nuestro corazón para escuchar lo que Dios me quiere decir.
Santa Misa. A media tarde, Jorge entra en la cocina como un
huracán y le dice a su mujer: "Hola, cariño... Voy a cambiarme. Felipe y
yo vamos a jugar un partido de tenis antes de que se haga de noche".
"¡Pero, Jorge! -objeta su mujer- es muy tarde y tenía preparada una
excelente cena: carne a la borgoñesa, y verduras, y una tarta de limón."
"Lo siento, cariño -responde Jorge- tomaré un bocadillo en un bar.
Tómatelo tú..."
A los cinco minutos, Jorge ya está en camino. Su mujer no
puede reprimir el llanto.
"No me quiere", solloza contemplando la excelente
cena que había preparado a su marido.
Cualquier mujer que lea esto simpatizará con la esposa de
Jorge y hasta muchos hombres le darán la razón, sin pensar que casi todos somos
culpables de una falta de consideración semejante, y en mucho mayor grado.
Falta de consideración con Jesús. Desprecio de¡ amor que ha
derrochado con nosotros. Indiferencia ante el Gran Banquete -la Eucaristía, la
Comunión- a que nos invita.
¿Vas a Misa siempre que puedes? ¿Adelantas el estudio para
poder ir a estar con tu Amigo acompañándole en la Pasión, que eso es la Misa?
Qué buen propósito: durante la Cuaresma ir a Misa siempre que pueda, todos los
días que me sea posible.
Lo que no está escrito es ahora cuando puedes decírselo,
comentando el texto que has leído y las preguntas.
No me mueve mi Dios para quererte, el cielo ......
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