Domingo XVII Ordinario – Ciclo A (Mateo 13, 44-52) – 26 de julio de 2020
»El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre encuentra el tesoro, y lo vuelve a esconder allí mismo; lleno de alegría, va y vende todo lo que tiene, y compra ese terreno.
»Sucede también con el reino de los cielos como con
un comerciante que andaba buscando perlas finas; cuando encontró una de
mucho valor, fue y vendió todo lo que tenía, y compró esa perla.
»Sucede también con el reino de los cielos como con
la red que se echa al mar y recoge toda clase de pescado. Cuando la red se
llena, los pescadores la sacan a la playa, donde se sientan a escoger el
pescado; guardan el bueno en canastas y tiran el malo. Así también
sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles para separar a los malos de los
buenos, y echarán a los malos en el horno de fuego. Entonces vendrán el
llanto y la desesperación.»
Jesús preguntó:
—¿Entienden ustedes todo esto?
—Sí —contestaron ellos.
Entonces Jesús les dijo:
—Cuando un maestro de la ley se instruye acerca del reino de los cielos, se parece al dueño de una casa, que de lo que tiene guardado sabe sacar cosas nuevas y cosas viejas.
Palabra del Señor
Reflexiones: Hermann Rodríguez, SJ José Antonio Pagola Fray Marcos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario