Cuarto Domingo de Pascua – Ciclo A (Juan 10, 1-10) 3 de mayo de 2020
Entonces Jesús dijo: «Les aseguro que el que no entra en el redil
de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las
ovejas. El portero le
abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas
reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las
ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él,
porque desconocen su voz.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que
les quería decir.
Jesús volvió a decirles: «Esto les aseguro: Yo soy la puerta
por donde pasan las ovejas. Todos los que
vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no
les hicieron caso. Yo
soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y
sale y encuentra pastos.
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.»
Palabra del
Señor.
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