Domingo I de Cuaresma – Ciclo A (Mateo 4, 1-11) 1 de marzo de 2020
Luego el
Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba.
Estuvo cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió
hambre. El diablo se acercó
entonces a Jesús para ponerlo a prueba, y le dijo:
—Si de
veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes.
Pero Jesús le contestó:
—La Escritura dice: “No sólo de pan vivirá el
hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios.”
Luego el diablo lo llevó a
la santa ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo:
—Si de
veras eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque la Escritura dice:
“Dios mandará
que sus ángeles te cuiden.
Te levantarán con sus manos,
para que no tropieces con piedra alguna.”
Te levantarán con sus manos,
para que no tropieces con piedra alguna.”
Jesús le contestó:
—También dice la Escritura: “No pongas a
prueba al Señor tu Dios.”
Finalmente
el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del
mundo y la grandeza de ellos, le dijo:
—Yo te
daré todo esto, si te arrodillas y me adoras.
Jesús le contestó:
—Vete, Satanás, porque la Escritura dice:
“Adora al Señor tu Dios, y sírvele sólo a él.”
Entonces el diablo se apartó de Jesús, y unos ángeles acudieron a
servirle.
Palabra del Señor.
Reflexiones: Hermann Rodríguez SJ José Antonio Pagola Fray Marcos
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