EVANGELIO: Lc 6, 39-45
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?
¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien,
cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la
mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el
tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
“Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que
llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces
verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en
su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de
lo que rebosa el corazón habla la boca».
Palabra del Señor
Reflexiones: José Antonio Pagola + Fray Marcos Hermann Rodríguez, SJ
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