Tercer Domingo del
tiempo ordinario – Ciclo C (Lucas 1, 1-4; 4,14-21) 27 de enero de 2019
Ilustre Teófilo: Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer
un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los
transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores
de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de
investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la
solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su
fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo
alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su
costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el
rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba
escrito:
«El Espíritu
del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado
a evangelizar a los pobres,
a proclamar a
los cautivos la libertad,
y a los
ciegos, la vista;
a poner en
libertad a los oprimidos;
a proclamar
el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda
la sinagoga tenía los ojos clavados en él. Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha
cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Palabra del Señor
Refexión: José Antonio Pagola + Fray Marcos Hermann Rodríguez, sj.
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